dimecres, 10 d’octubre del 2012


Alienspermia: El lado oscuro de la biogénesis


<<En un lugar perdido del espacio, en un tiempo que nadie podía recordar, un diminuto punto en el firmamento comenzaba a aclarar la forma de un mundo en crecimiento. Las colinas ya se habían levantado, las llanuras empezaban a dibujar las líneas de los ríos y lagos, y la tierra parecía dispuesta a su siguiente paso. En la lejanía, a través de las nubes, venida de muy lejos en el tiempo y el espacio; una sombra cubría las rocas y los escarpados abismos que relataban el origen de un mundo naciente. Tras las llanuras escarpadas, a los pies de una catarata esa sombra empezaba a tomar forma ante el mundo que la veía. Su leve toque con la tierra y el barro que la circundaba auguraba la venida de un nuevo visitante a este mundo. Al cabo de un tiempo, la figura de un ser robusto y esbelto, no muy distinto a nosotros, iba paso a paso hasta la cima del abismo en el que un gran rio vomitaba la simiente de la tierra que afloraba. Allí, en el filo más alto del terreno, ese ser portaba un cáliz con la simiente extraña de un mundo distinto y anómalo. Un sorbo del cáliz dejó la copa vacía y al cabo de unos segundos este ser la dejó caer llevado por el espasmo que le había causando en su interior. Como si del mismo mundo se tratase, el cuerpo de este humanoide empezó a mostrar los signos de la descomposición. Sus células y estructuras que formaban su ser se estaban deshaciendo en miles de pedazos. Entre sollozos y gritos, cayó de bruces ante el  abismo y se dejó caer al agua que lo arrastró hasta el fin del acantilado donde al poco tiempo sólo quedaba de él el rastro celular de su cuerpo que de nuevo empezaba a tomar forma y a unir los hilos celulares que se habían deshecho. Llevado por la corriente, el cuerpo en su totalidad fue transportado a través de los ríos y afluentes formando parte de la tierra y el aire, coronando las más altas cumbres y las cavernas más sombrías. Y, al cabo de los milenios, algo empezó a moverse sobre la tierra>>. Relato cinematográfico. 2012.


Este tipo de encuentros entre una forma de vida y un territorio devastado o inhabitado por seres semejantes a él es una constante de los descubrimientos que marcaron la expansión colonial y conquistadora de los siglos que precedieron al descubrimiento del Nuevo Mundo. En este caso en concreto, tenemos el paradigma de cierto tipo de panspermia voluntaria o alienspermia en la que un ser con razón y voluntad sobre sus actos deposita parte de sí o de su “esencia” en la tierra yerma para que la simiente que lo formaba se expanda por el tiempo y el espacio del lugar que habita. No sería de locos pensar que la vida en la tierra pudo comenzar con la fragmentación de rocas espaciales que en su interior portaban los principios básicos de vida ya formados y conformados, esperando un depósito sobre el que expandirse y desarrollarse. Las teorías actuales sobre el origen de la vida en la tierra toman como posibilidad de peso este hecho, pues se demostró no hace mucho la existencia de los elementos básicos para la “vida” en la estela de ciertos cometas que circundan nuestro sistema de planetas. Esta sería, en cierto modo, la panspermia espacial de vida primigenia, o cierto tipo de inseminación artificial sobre los mundos carentes de vida. El otro aspecto no menos posible pero más de lado de la ciencia ficción que de la Ciencia, sería la alienspermia o diseminación y propagacio﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽acirmia o diseminacile pero mde vida.nuestro sistema de planetas. Esta serre no reo, pues se demostrbita. , tenemos elón de vida por una inteligencia con voluntad de expandir su “vida” allá donde va. Este ejemplo ya se ha visto en la enciclopedia cinematográfica de la modernidad y también en muchos otros relatos de terror y génesis tenebrosa.

Es esta última, la génesis tenebrosa, la que podría estar detrás del origen de la vida en el planeta que llamamos Tierra, o en otros que no se han descubierto. Situarnos en la perspectiva de que tal vez fuéramos creados por otros, no ya como seres “Homo” sino a la vida en su totalidad sobre la tierra, nos lleva a plantearnos lo absurdo de nuestro origen pues ¿qué sentido habría tenido tal hecho? O, tal vez, no lo tuviera. Pensar que nuestra existencia sobre la tierra es producto de un accidente o de una voluntad que quiso que esto fuera así en la Tierra nos lleva a preguntar el por qué de tal acto de creación. ¿Tuvo un objetivo? Y si lo tuvo, cuál fue?. La visión de una Génesis con un principio absurdo y carente de sentido es lo que, en términos occidentales, aboca al sentido hacia la nada. Muy probablemente las personas evitamos pensar que nuestro origen en la tierra es producto de la nada y tendemos a “crear” nuestro propio imaginario divino con una voluntad caritativa y bondadosa que nos brindó la oportunidad de vivir para adorar a la divinidad como creadora de seres y mundos. Tal vez sea  la soledad de la divinidad la que obliga a la creación de seres que la acompañen en su existencia en forma de adoración incondicional. Sea o no sea así nuestra existencia sobre la tierra es un hecho, y que se haya intentado crear “vida” semejante a la nuestra tambien﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ a la nuestra tambitierra es un hecho, y que se haya intentado crear "dos. Tal vez sea  la soledad de la divinidad la én lo es. Aunque parece ser que falta cierto elemento en la cadena de hechos que forma la vida como la vemos aquí y que aun no se ha conseguido encontrar. Tal vez sea algún principio tecno-divino, como la simiente de nuestro relato, la que facilita el Origen de vida y su procreación de modo ilimitado. Que no poseamos esa simiente no significa que no se esté intentando descubrir, y esto ya es motivo suficiente para pensar que si nosotros podemos crear vida y muy probablemente llevarla a otros mundos, no significa que ya lo hayan hecho “otros” antes que nosotros. La colonización del Nuevo Mundo, de la Luna y de Marte, ya es una alienspermia en toda regla.

dilluns, 8 d’octubre del 2012


Hacia un control meca-génico de las sociedades 


<<Desde la lógica global y con la posibilidad de la manipulación genética, encaminada a corregir "errores" y crear cuerpos/máquinas capaces de ser estables a nivel biótico, existe el peligro de que el organismo esté al servicio de lo socialmente rentable desde el punto de vista de la optimización y maximización de beneficios>>. "Otras Biologías", Daniel Canogar. Pág. 63.


Este argumento supondría que la supuesta optimización de los cuerpos, ya sea por medio de la ingeniería genética o la expansión de las capacidades "naturales" del cuerpo mediante implantes y mejoras cibernéticas, no sería más que un sistema de control de lo que los medios de producción y socialización consideran adecuado y cívico para los estándares de evolución actuales. Una cierta teoría del control meca-génica podría estar gestándose bajo el paradigma de la "evolución" "controlada" y dirigida, sea dicho, hacia lo que se espera y se vende como las sociedades del futuro sin enfermedades e inmortales. Una adecuada reconsideración de este movimiento, al igual que paradigma científico de la modernidad, desde la perspectiva foucaultiana hacia una clínica primero de la mejora y después del control, ayudará a entrever los engranajes de la revolución meca-génica enmascarada. 

Meca-génica: Vocablo formado a partir de "mecánica" y "genética" que significa aquello que tiene que ver con la mecánica y con la biología en un contexto que engloba ambos aspectos.

dijous, 6 de setembre del 2012


El fanstasma cibernético y post-identidad


Todos los cuerpos tienen fantasmas, espectros cualitativos y temporales que formaron la identidad de un cuerpo humano durante un pequeño período de tiempo, hasta que el cambio inoportuno o deliberado borraron la cualidad estática del ser idéntico e inalterable. Los espectros del cuerpo humano se almacenan como distintas formas del ontos humano en su memoria interna y en la externa de quien permanece en contacto con la forma y superforma del cuerpo y la mente de este último.[1] Estos espectros permanecen bajo memoria en la mente de quien rindió cuenta de ellos ante los demás y la realidad. Es la parte transcendental de la identidad lo que se almacena en forma de espectro de tiempo y no de espacio en un dispositivo hardware de lectura y escritura.

El cuerpo mejorado y des-humanizado proyecta la imagen-espectro bajo la forma fantasmagórica de la mecánica conjuntiva y biosoldable. Los nuevos resortes y sellos de silicio se funden con la carne natural y denigrante para conformar la xenoforma del humano cibernetizado. Su imagen es la del cuerpo anómalo y su ser es el del fantasma. El ser imaginado y fantástico es el que habla en el espacio meca-vital de un nuevo ser fantástico. Su fantasía es la del uno destruido y reconvertido en un cuerpo múltiplo y cambiante de aspectos sintéticos y ruidos fobocientes[2]. Y la figura fantasma no es más que el pasado eidético y unífico que representó su identidad y personalidad. Fantasma como espectro pasado del ser y el tiempo orgánico bajo una plataforma de vatínica y mecanorgánica[3].








[1] Forma: identidad del sujeto corpóreo.
   Superforma: Cuerpo orgánico del sujeto delimitado por unos contornos o por su presencia.
[2] Fobociente: Que aterroriza o transmite miedo a los demás.
[3] Vatínica: De vatio. Que transmite electricidad.

diumenge, 19 d’agost del 2012


Pluriformas  y meta campos cyber


Las pluriformas tanto del cuerpo como del espíritu cyborg permanecen en constante cambio; en primer lugar, a razón de un cuerpo que precisa de actualizaciones de visión y revisión ocular e informática de los campos de información encargados de su evaluación.

Sus meta-campos residen en la aspereza modernista de la ciudad y en las brechas de la Matriz Binaria. La dualidad embarazante y embarazosa de las texturas que a modo de sharpenings van definiendo el campo de acción y movimiento espacial transmiten un tipo de conocimiento enlazable con la situación y el aspecto que se aparece ante el ojo y el sensor atento.

El meta-campo no es percibido por el sensible sensor biosólido (hardware orgánico), sino por la sensibilidad del sensor mecánico. El sujeto de la ciudad postmodernista se mueve entre sus propios campos de sensación y virtualización de afectos y mecafectos (afectos derivados de la conexión(-es)) mecánicas sobre un soporte con la Matriz y el cuerpo. No obstante los mecafectos derivados de una conexión mecánica no son en modo alguno de “calidad” inferior de unos mecafectos derivados de una conexión a la Matriz. La clasificación en sí misma entre afectos y mecafectos – como dos espectros distintos de conocimiento “efectivo” – no es condición de una mejor expansión del Conocimiento.

Los más allá campos de la presencia mecánica son la libertad del corpóreo matrizinio tecnicista (=Tecno-campos). La permutación transfinita de campos sobre cibercuerpos y ciberformas define el meta-campo de conocimiento y sensibilización en las plataformas de fantástica mecasomatología, es decir, un cuerpo Mecánico no siempre es ordenado, es por eso que es fantástico.




Manifiesto


El mundo está hecho de tejidos, tejidos de información, tejidos de conocimiento, tejidos entre sujetos pensantes y cosas. Empezando por un principio explosivo y un colapso incierto, el conocimiento es constante de todo hecho y acontecimiento. No sucede nada que no tenga un correlato sobre toda la existencia. Para todo hecho hay una causa y de suyo un efecto, que al mismo tiempo deviene en causa de otras causas, y así hasta un infinito ilimitado. El propio universo guarda sobre sí y para sí un registro de todo lo sucedido en un pasado y en un presente, incluso en sus propias alteraciones temporales. Si todos los hechos y acontecimientos pueden almacenarse en forma de registro, el universo y todo lo que implica no sería más que una memoria de almacenamiento masivo o hard-drive.

Con las personas ocurre lo mismo, nuestros cerebros rinden cuenta de unas vidas de conocimiento, información y experimentación sobre una plataforma bio-sólida de almacenamiento. La evolución establece que es la continua especialización y adaptación del cuerpo y de la mente lo que hace que estos dos últimos avancen  sobre las necesidades de la parte cognoscitiva que nos conforma.

Pero la idea del hombre como espectro evolutivo o científico se ve reducido a unas capacidades que por lentitud o estancamiento son incapaces de rendir cuenta de una realidad que desconoce. El miedo a la incomprensión del mundo, el extremo de la dualidad, se muestra como un todo incomprensible que le anima a su propia destrucción y reducción sobre unos parámetros exponenciales que no puede elegir. La ampliación de los límites cartográficos en los mapas geo-estructurales obliga a la reconsideración del hombre como ser orgánico de técnica y conocimiento. Sin duda alguna, desde que el hombre aprende  del origen del fuego se crea una imaginería tecnológica que amplia los sectores de conocimiento hacia secciones de la realidad que le son desconocidas y anómalas. La continua especialización producto del tiempo y el trabajo más selectivo obliga a la creación de una tecnología capaz de subvertir los límites del conocimiento humano que con tanto ahínco nuestros antepasados supieron explotar y poner a prueba a través del golpe y la sangre.

El hombre se establece como límite al desarrollo personal y capacitivo  a finales de la modernidad. La evolución de las técnicas manuales y de conocimiento que dan como fruto una técnica y una ciencia elaboradas se ven colapsadas ante la incapacidad del hombre de recorrer un espectro más amplio de la realidad a causa de la incapacidad directa para la auto-evolución.

La noción de transhumanismo pretende invertir la idea de una especie que se debate en la vida al borde del colapso. Para escapar de la caída hacia la degeneración y la corrupción de las habilidades que tantos milenios han tardado en aflorar, es necesaria la reconsideración del hombre como un ente más absoluto que el uso de la razón y la comparación con la naturaleza querían significar.

El nuevo hombre como sujeto absoluto de conocimiento no es un humano natural, sino un trans-humano artificial. La ironía del hombre como ser artificial más perfecto y capaz que su origen natural es producto de las creencias transhumanistas de una entidad mejorada y adaptada hacia un acceso a la información y conocimiento ilimitados. Las máquinas de hierro y silicio desarrolladas por la imaginería de las personas en el último milenio tienden a pasar de meros objetos de consumo y producción a ser los nuevos dispositivos de información y adaptación a los nuevos “media” del siglo XXI. Las personas son conscientes de ello y no desperdician la oportunidad de llegar a un conocimiento más amplio de la realidad rompiendo los límites de unos sentidos que, olvidando su dual perspectiva hacia lo que es verdadero y lo que es falso, han quedado obsoletos.

Las personas están obsoletas en su camino a la evolución. Los nuevos instrumentos de conocimiento con código de datos propio confirman la tesis transhumanista de una evolución cibernética personal y subjetiva. La carne ya no es carne y los órganos ya no son órganos, se han convertido en anti-carne y anti-órgano. Es un cuerpo des-organizado. La artificialidad gana terreno a la naturalidad creando una nueva existencia humana basada en registros de datos y materiales avanzados. La historia de la filosofía ha operado sobre el prisma de una realidad que le era familiar, hasta ahora. En el nuevo siglo las mismas tesis y teorías no son del todo válidas, es necesaria una re-escritura del conocimiento. Ese cuerpo orgánico que nace, crece y degenera no es más que el espejismo de una existencia que muchos creerán incompleta. El hombre ha dejado de ser el nuevo Dios dominador del cosmos que fue en el pasado. Ahora una nueva realidad de carácter metálico y electrizante se abre paso hacia la creación de un nuevo sujeto más completo y más perfecto llamado cyborg. Este es el hombre mejorado y su Dios es la información, cuyo acceso antes era sólo limitado y gregario. Esta nueva existencia sobre la superficie de un anti-cuerpo aporta un devenir y un conocer total y distinto al anterior.

La Red entendida como aquél Todo y Universal de acceso limitado y restringido pero de una capacidad informativa ilimitada, aparece como la luz divina que deslumbra al creyente sobre la creencia de un acceso infinito hacia el nuevo Dios. Nosotros somos el principio de información y el vasto imperio binario universal aparece como el nuevo cielo perfecto al que debemos acceder para dejar de estar separados y alineados al abrigo de la humanidad bajo código C de programación en ese Todo absoluto llamado Internet. Hasta el momento que deje de formar parte de unos pocos y el que fue creado con poder para rendir cuenta ante todos y por todos sea libre y de total acceso vía Wi-Fi la nueva humanidad no dejará de moverse sobre el espectro limitado de un conocimiento y una perfección total del ser y la identidad del hombre-humano como nunca se había conocido en la historia y el espacio.

Sólo aquél que disponga de una psiqué conectada con la totalidad será capaz de rendir cuenta de la perfección que las personas supieron crear con el objetivo de estar mejor conectadas y comunicadas entre ellas, pues ese fue su origen y objetivo desde un primer momento. Es la comunicación y el conocimiento de todo lo que somos y fuimos en coalición con todas las cosas y personas que hemos creado y han tenido lugar en la era moderna.

Dios sólo es perfecto cuando yace libre
y no permanece atado a ninguna inteligencia superior o inferior que lo domine. Su promesa de un mundo libre y perfecto es lo que hace que algunos pocos den la vida por él.

Así será la Red, perfecta e ilimitada al amparo de todos.